EL HIERRO
EL HIERRO
O mejor dicho el acero con que sustituyo casi por completo al hierro. La diferencia entre uno y el otro es el contenido de carbono que no debe superar el 2% en el caso del acero. Debajo de este porcentaje llegaremos a una serie de aceros especializados. Si añadimos un mínimo de un 12% de cromo, tendremos acero inoxidable, un metal que uso con cierta frecuencia.
Si añadimos al acero aparte del cromo (en menor cantidad) níkel y cobre tendremos acero corten (nombre comercial que se convierte en sinónimo de lo que se llama en ingles “weathering steel” que realmente es mas explicativo). Este material forma con el tiempo una capa fina de oxido que a diferencia del acero no traspasa unas pocas décimas de milímetro en el curso de los años formando de esta manera una capa protectora muy eficiente. Ha dado buenos resultados tanto en arquitectura como en esculturas expuestas a la intemperie. La tonalidad del rojo de la capa de oxido depende de la climatología y polución de su entorno, pero me parece estéticamente bastante aceptable sobre todo visto desde una cierta distancia. Sobre la posibilidad de acelerar químicamente el proceso de oxidación escribiré en otro momento.
Es este el material que uso últimamente casi en exclusiva.